HACIA UN SISTEMA UNIVERSAL DE SALUD EN MÉXICO.




(Héctor Manuel Fernández Tapia.)

El Sistema Universal de Salud, es un requisito indispensable para lograr el acceso integral a los servicios de salud, lo que  implica que todas las personas puedan gozar de este derecho sin distinción de raza, sexo, idioma, religión, opiniones políticas, origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otra condición. Este modelo se fundamenta en los principios democráticos de solidaridad, igualdad, soberanía y  justicia. Su finalidad es mejorar la salud, el bienestar y la felicidad de la población. 

ANTECEDENTES
 
El Sistema de Salud en México vigente en nuestros días, tiene su antecedente en la fundación de la Secretaría de Salubridad y Asistencia en 1943 hoy llamada Secretaría de Salud, en ese mismo año se crea el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Hospital Infantil de México, posteriormente se instituyeron el Instituto Nacional de Cardiología en 1944, el Instituto de Cancerología en 1950 y el Instituto de Seguridad Social y Servicios de los Trabajadores del Estado ISSSTE en 1960, y el Instituto Nacional de cardiología en 1964.[1]  

Desde finales de la década de los setentas y principios de los ochentas en nuestro país se han implementado políticas de corte Neoliberal en todos los ámbitos de la administración pública, incluyendo el rubro de salud. Este modelo  económico redime los principios del liberalismo clásico bajo la premisa de autorregulación del mercado, para lograr este objetivo el estado debe de adjudicar a particulares toda actividad productiva. En materia de sanidad, este sistema soslaya principios éticos como: justicia, respeto, solidaridad, o bienestar, y los sustituye por la “mercantilización de la vida” en donde la salud se concibe como un producto para la  obtención de ganancias por parte de los grandes capitales.

El neoliberalismo tiene su origen en 1947 con la creación de la sociedad de Mont Pelerin, en ella participarían economistas e intelectuales como: Friedrich Hayek, Ludwig von Mises, Maurice Allais, George Stigler, James M. Buchanan, Walter Lippman, Karl Popper entre otros,  esta cofradía se proclamaba a favor de la defensa del mercado en competencia libre, la acumulación de riqueza y la defensa de la propiedad privada.[2] Estas ideas serían adoptadas en la década de los setentas por un grupo de economistas de la universidad de chicago, conocidos como “Chicago Boys.”  Instruidos bajo la dirección de Milton Friedman, influirían de manera definitiva en el régimen militar de Augusto Pinochet surgido del golpe de estado de 1973 en Chile, país en que por vez primera se adoptarían los principios neoliberales.[3]

En Inglaterra el neoliberalismo vería luz con Margaret Thatcher, quien fungiría como primera ministra
de 1979 a 1990. En Estados Unidos el primer presidente en adoptar estas medidas seria Ronald Reagan entre 1981 y 1989, en ambos casos sus gobiernos se caracterizaron por la reducción del gasto público, bajos impuestos, libertad económica para las empresas privadas, desregulación del mercado.[4]

En América Latina el Neoliberalismo tuvo su origen en la “crisis de la deuda.” Entre 1960 y 1970, muchos países latinoamericanos adquirieron deudas con acreedores internacionales con la finalidad de financiar el desarrollo industrial mediante la construcción de infraestructura, sin embargo, con la recesión económica mundial de 1970 y el alza de los precios internacionales del petróleo en 1973 se agudizó la crisis de liquidez en estos países, así mismo las alzas en las tasas de interés en Europa y Estados unidos en 1979 y la posterior contracción económica que devaluó a las materias primas, hicieron a la deuda impagable. México fue el primer país que se declararía en imposibilidad para liquidar a sus acreedores en 1982, a raíz de esta actitud, los bancos cancelaron nuevos préstamos, no obstante, como cuantiosos empréstitos eran a corto plazo, muchos países latinoamericanos se enfrentaron con deudas de miles de millones de dólares las cuales tenían que pagar de manera inmediata. A raíz de lo anterior el Fondo Monetario Internacional (FMI) intervino otorgando nuevos préstamos, bajo la condición de adopción por parte de estas naciones de políticas económicas neoliberales y el abandono de los sistemas de “sustitución de importaciones.[5]

Por su antagonismo con la naturaleza desconcentrada de la competencia de mercado, economistas neoliberales han criticado la planificación centralizada en los países socialistas y de las socialdemocracias. Frederich Hayek consideraba que la centralización administrativa, era políticamente peligrosa como económicamente ineficiente, así mismo Milton Friedman afirmaba que la intervención estatal iba en detrimento del mercado y de la libertad del ser humano.[6]

En México los primeros intentos de descentralización de la seguridad social se dieron durante el gobierno de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) y José López Portillo (1976-1982), en este periodo se crearon los centros médicos de Monterrey, Guadalajara, Veracruz y Puebla, además se suscribieron los Convenios Únicos de Coordinación mediante los cuales se descentralizaron algunas atribuciones administrativas del gobierno federal hacia los estados.[7]

Durante el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) se dio inicio de manera formal a la descentralización de los servicios de salud con la reforma al Artículo 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para incluirle el siguiente párrafo:

 Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 de esta Constitución.”     


Además, se publicó la Ley General de Salud, en la cual se distribuyeron las competencias sanitarias entre la federación y se establecieron las facultades rectoras de la Secretaría de Salud (SSA). Para 1987, la descentralización solo se había podido llevar a cabo en 14 estados de la República: Aguascalientes, Baja California Sur, Colima, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Morelos, Estado de México, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, Sonora, Tabasco y Tlaxcala.[8]

Con  Carlos Salinas de Gortari (1989-1994) se estableció en el Plan Nacional de Desarrollo y el Programa Nacional de Salud, la continuidad de la descentralización administrativa de los servicios de salud la cual estaba destinada a evitar duplicidad de funciones e incrementar la participación de estados y municipios.

A la par de la desregulación económica, la privatización de empresas paraestatales y la apertura de mercados con el Establecimiento del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), el sexenio de Carlos Salinas se caracterizó por la sustitución del sistema de pensiones basado en la solidaridad social, por un modelo de capitalización individualizado.

Desde la década de los cuarenta del siglo pasado, en México las pensiones se otorgaban mediante el “Sistema De Reparto”, en el cual las aportaciones de los trabajadores en activo financiaban el pago de toda la población. La transición demográfica, los desequilibrios económicos causados por la insuficiencia de recursos y la ideología neoliberal que perneo al gobierno de Salinas, fueron los detonantes para que en 1992 el congreso aprobara una serie de modificaciones a las leyes del Seguro Social y del INFONAVIT, mediante las cuales se crearía el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR). En este tenor, los trabajadores   afiliados al IMSS e ISSSTE, estarían obligados a establecer cuentas individuales integradas por dos sub cuentas: Una para el retiro y otra para vivienda, en estas el empleador aportaría 2 por ciento del salario base a la subcuenta de retiro y 5 por ciento a la de vivienda. Estos fondos serian administrados por el Gobierno Federal  y representarían una importante fuente de recursos para el  recién privatizado Sistema Bancario Mexicano. [9]

Durante el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) se dio continuidad a la descentralización de los servicios de salud, en este periodo, todos los estados se integraron al Acuerdo Nacional para la Descentralización de los Servicios de Salud, mediante el cual promoverían la creación de organismos públicos descentralizados de salud, así mismo se establecería en la Ley de Coordinación Fiscal elFondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA)” con el objetivo de trasferir recursos a las entidades federativas. Además se estableció el Paquete Básico de Servicios de Salud (PBSS) y el Programa de Ampliación de Cobertura (PAC), ambos financiados parcialmente por el propio Banco Mundial[10].

En 1995 se da inicio a la desnacionalización de las pensiones. Con la reforma a la ley del IMSS, y en 2007 la del ISSSTE, se abrió la posibilidad de que empresas privadas manejaran los fondos para el retiro a través de las AFORES, las cuales son entidades financieras que administran el dinero de los trabajadores mediante  Sociedades de Inversión Especializadas en Fondos para el Retiro (SIEFORES), estas deben contar con autorización de la  Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR). Las AFORES se dividen en cuatro sub cuentas: A) Retiro Cesantía y Vejez B) Aportaciones voluntarias C) Vivienda D) Aportaciones complementarias o adicionales, las cuales se sostienen mediante aportaciones del gobierno, el empleador y el propio trabajador. Este sistema de capitalización individualizado, dificulta la posibilidad de alcanzar la universalización del derecho a la protección social al excluir a los trabajadores de la economía informal, además obliga a los empleados a ocuparse más tiempo ya que el monto de las pensiones depende de los años laborados y de la marcha de las variables económicas.[11]

Durante el sexenio de Vicente Fox Quesada (2000-2006)  el Plan Nacional de Desarrollo estableció la culminación de la descentralización, así como la municipalización de los servicios de salud[12], sin embargo la principal política pública en la materia fue la puesta en marcha del Sistema de Protección a la Salud también llamado “Seguro Popular” mediante una reforma a la Ley General de Salud del 2003. Este mecanismo es público y voluntario, se financia con aportaciones gubernamentales federales y estatales, y por las personas afiliadas dependiendo de su nivel socioeconómico. El Seguro Popular es un mecanismo que provee de servicios de salud a la población que no se encuentra protegida por otro sistema de seguridad social (IMSS, ISSSTE, PEMEX, SEDENA, SEMAR), es decir, todas aquellas personas que no cuentan con “empleo formal,”[13] conjuntamente, el Catálogo Universal de Servicios de Salud cubre un número limitado de servicios y enfermedades en comparación con el IMSS o el ISSSTE. El Seguro Popular opera bajo la lógica de los seguros privados en donde el beneficiario tiene derecho a recibir un servicio del asegurador a través de un contrato de “afiliación”, siempre y cuando cumpla con sus cuotas de recuperación.

En la actualidad en las leyes del IMSS e ISSSTE se establece la posibilidad de que estas instituciones puedan “subrogar” servicios que legalmente están obligados a prestar, esta modalidad de servicios abarca indistintamente a la SEDENA, SEMAR y PEMEX. La subrogación se define como la contratación de un servicio médico, ya sea con una institución pública o privada mediante el cual se delega una competencia hacia otros. En la práctica el Sistema de Salud Pública del país destina millonarios recursos a particulares mediante estos contratos. Entre los servicios subrogados se incluyen: Guarderías, Intendencia, Ambulancias, Laboratorio, Endoscopía, Rayos X, ultrasonido y resonancia magnética, Cateterismo cardiaco entre otros. [14]

La Ley de Asociaciones Público-Privadas, vigente en México a partir de enero de 2012, las define como “esquemas de inversión de largo plazo, que tienen por objeto la prestación de servicios al sector público con base en el desarrollo de infraestructura que construye y opera el sector privado.”  Estos contratos han permitido a empresas privadas, el control y seguimiento de contratos de concesión sobre todo de hospitales de alta especialidad como: El bajío en Guanajuato, así como los de Zumpango, Ixtapaluca, Toluca, Tlalnepantla en el Estado de México y el de Ciudad Victoria en Tamaulipas. Así como la construcción de infraestructura hospitalaria y servicios para el IMSS, ISSSTE y Seguro Popular en diversas entidades del país.[15]       

SITUACIÓN ACTUAL

La inversión pública en el Sistema de Salud mexicano ha aumentado de manera significativa en los últimos años, en 2003 nuestro país destinaba el 2.4% del PIB en salud, en 2015 se destinó el 5.7% del Producto Interno Bruto en este rubro, sin embargo aún nos encontramos muy por debajo del promedio de 8.8% de los países miembros de la Organización de Comercio y Desarrollo Económico (OCDE). [16] Es importante mencionar que con la creación del Seguro Popular, se ha avanzado en cuanto a la cobertura, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hasta el 2015 la población derechohabiente haciende a  82.2%. [17]Sin embargo nuestro país aún enfrenta retos importantes.

Si bien en los últimos años se ha registrado un aumento en cuanto al presupuesto destinado a salud, casi un 10% se destina a gastos administrativos, lo que representa el nivel más alto de los países de la OCDE. [18]


Por otra parte, el gasto de los hogares en bienes y servicios de salud, principalmente en medicamentos y consultas indica fallos en la cobertura efectiva del Sistema de Salud Pública. De acuerdo al INEGI, cada año los hogares mexicanos gastan un promedio de 403 mil millones de pesos en medicamentos y atención médica.[19]

En nuestro país, la esperanza de vida es de 75 años, muy por debajo de los países de la OCDE, en donde el promedio es de 80.6 años. [20] Una de las causas es la falta de políticas efectivas de prevención de los principales padecimientos. Según datos de la OCDE, en su informe “panorama para la salud 2017”, México tiene el nivel más alto de obesidad de los países miembros con el 72.5% de la población, de estos 33.3% padecen de obesidad y 39.2% de sobrepeso, en los últimos 10 años la población de personas obesas ha aumentado un 3.3%[21]. Lo anterior se refleja en los índices de mortandad, cuatro de las cinco principales causas de muerte están relacionadas con la obesidad, en el 2015 enfermedades del corazón e isquémicas del corazón, ocuparon el primer lugar con 113 mil 240 casos  y 77 mil 284 fallecimientos, la diabetes mellitus se posicionó como la segunda causa de muerte entre los mexicanos con 87 mil 245 decesos; les sigue en el tercer lugar, los tumores malignos con 73 mil 426  y las enfermedades del hígado  con 34 mil 156 muertes.[22] 

En la actualidad, se cuenta con 2.2 médicos por cada mil habitantes, cifra inferior al 3.2 de la OCDE, asimismo tenemos en promedio 2.6 Enfermeras por cada mil habitantes, muy por debajo del 8.8 de la OCDE, el número de camas de hospital es de 1.6 por cada mil habitantes, el promedio de la OCDE es de 4.8.[23] En el tema de medicamentos el 28.3 por ciento del gasto privado en salud de las familias se destina a compra de fármacos en contraste con el 17 por ciento de los países de la OCDE.[24]

La descentralización, ha favorecido la fragmentación y desarticulación, más no hay indicadores que sustenten que en este proceso se tengan mejoras en cuanto al acceso, la calidad y la igualdad de los servicios. En México, los organismos estatales de salud son altamente dependientes de los recursos que destina el gobierno central, como consecuencia, estados y municipios en su mayoría carecen o tiene muy baja capacidad de autogestión de sus servicios médicos, en muchos de ellos los servicios privados tampoco son suficientes para cubrir la demanda. Según datos del “Informe de Pobreza en México 2014” de CONEVAL, en la actualidad hay entidades que registran un alto porcentaje de desigualdad en cuanto al acceso a los servicios de salud,  como Michoacán en donde el 26.2% de la población no tiene acceso a la sanidad, le sigue Veracruz con el 21.7%, Puebla con el 21.2% y Chiapas con el 20.7%, en contraste hay entidades en donde los porcentajes de población que padece esta insuficiencia es muy baja, como; San Luis Potosí con el 10.7%, Campeche y Aguascalientes con el 12.5%, Colima con el 2.7% y Nuevo León con el 13.7%.[25]   

A pesar de que la Secretaría de Salud, tiene la rectoría de las políticas públicas en la materia, los servicios de salud se encuentran divididos en subsistemas, en donde persisten diferencias en cuanto a derechos, financiamiento, servicios y enfermedades que cubren. La afiliación a estos sistemas depende de la condición laboral, en México muchas personas que pierden su empleo o que cambian de empleo, pueden estar afiliadas a varias instituciones sin saberlo, lo que genera duplicidad en cuanto a las cifras de inscritos.[26]
  
La situación financiera del IMSS e ISSSTE es alarmante, la baja recaudación de cuotas obrero patronales, el envejecimiento de la población, aunado a que aún tienen que pagar pensiones con el régimen anterior a 1997,   han provocado que, en 2017 de acuerdo con datos de la SHCP, el IMSS, erogara 345,567 millones de pesos para el pago de pensiones lo que representa un monto mayor a los ingresos propios generados en el mismo periodo, en el caso del ISSSTE los pagos de pensiones fueron 2.4 veces mayores a los ingresos que generó, para poder cumplir con sus obligaciones estos organismos dependen del subsidio que les otorga el gobierno federal, sin los cuales estas dos instituciones colapsarían. [27]
    


SISTEMA UNIVERSAL DE SALUD



En México se requiere que el Estado reconozca a la salud universal como un derecho, si bien el artículo cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que: “Toda persona tiene acceso a la salud a través de las modalidades que establece la ley”, es necesaria una definición que asegure a los individuos el acceso a la salud sin distinción de raza, religión, ideología política, discapacidad, orientación sexual, identidad de género, estatus migratorio o condición económica o social, para ello se requiere de un sistema sólido y eficiente que centre su atención en las personas por el hecho de serlas, y no en su condición laboral o legal. La salud universal debe ser un factor que permita a las personas acceder a los servicios de salud sin importar si cuenta o no con recursos financieros para pagarlos, lo que permitirá a los individuos desarrollarse en un ambiente saludable, que contribuya al bienestar de  comunidades y familias, lo que tendrá efectos directos sobre la productividad y felicidad de las personas.

Para que esto sea posible, se requiere una restructuración organizacional que transite de un sistema de salud fraccionado en varios subsistemas a uno sólido, unificado y  eficiente en el que todos los individuos puedan tener acceso de manera gratuita,  lo que va más allá de simples acuerdos interinstitucionales.  Este sistema, debe concebirse como un órgano de la administración pública centralizada, lo que facilitará que las problemáticas se atiendan con una visión global, otorgando cierto grado de autonomía a los niveles jerárquicos  inferiores, que les permita actuar sin caer en la burocratización de las decisiones. Así mismo se debe considerar a los impuestos como la fuente principal de financiamiento, lo que implica un aumento en los recursos financieros que destina el Gobierno Federal al mantenimiento de la salud para estar en concordancia con los estándares internacionales, todo ello a través de una recaudación más eficaz y un combate efectivo a la corrupción. Es necesario por otra parte optimizar los recursos, mismos que deberán estar sujetos a la trasparencia, rendición de cuentas y asignarse de acuerdo con la necesidad, la capacidad y el desempeño.   

Además es importante poner énfasis en la calidad, lo que requiere un enfoque centrado en la mejora continua para estar en concordancia con las mejores prácticas a nivel mundial, y sobre todo, establecer en el entramado  institucional un sistema independiente del poder central, que permita conducir, monitorear y evaluar la calidad de los servicios de salud en nuestro país.

Este nuevo modelo deberá centrar sus esfuerzos en la prevención y promoción, así como en la atención primaria. La prevención de la enfermedad, es una de las cinco funciones básicas de la Salud Pública, las cuales en conjunto constituyen las etapas del proceso de atención integral de la salud (promoción, protección, restauración, prevención y rehabilitación). De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, son medidas destinadas no solamente a prevenir la aparición de la enfermedad, tales como la reducción de factores de riesgo, sino también a detener su avance y atenuar sus consecuencias una vez establecida”.[28] La prevención de la salud debe jugar un papel central, la importancia para el Estado es que se puede evitar que la población se enferme lo que implica un menor costo en comparación con la atención recuperativa. Por otra parte la promoción es una tarea que implica formar y educar a la ciudadanía y así, generar actitudes y aptitudes que les permitan reconocer situaciones de riesgo.

La prevención y promoción serán fundamentales para atender los principales problemas de salud en nuestro país, dando prioridad a aquellos que resultan graves o urgentes como en el caso de la obesidad que en la actualidad afecta a 71% de la población adulta y a un tercio de la población infantil.

En la actualidad, el primer nivel de atención médica lo constituyen las clínicas familiares del ISSSTE, las unidades de Medicina familiar del IMSS y lo centros de salud (SESA), de las  19,377 unidades de atención primaria, 12,828 casi dos terceras partes corresponden a servicios prestados por los sistemas estatales de salud, de estos últimos el 65% se encuentran en zonas rurales, 13% en zonas urbanas y otro porcentaje lo constituyen las unidades móviles de consulta externa.[29]

En estos centros se implementan políticas preventivas y de promoción a la salud, y se atienden padecimientos que afectan a grandes grupos de población y remiten a quien requiera al nivel hospitalario de  segundo o tercer nivel, además mantienen un rol sociocultural importante,  pues  al formar parte fundamental de la vida comunitaria, las personas que laboran en ellos y los pobladores adquieren un compromiso recíproco con la colectividad.

Actualmente las unidades de atención primaria, enfrentan muchas carencias en cuanto a recursos humanos, tecnología y medicamentos. En México el número de médicos y enfermeras por cada 1000 habitantes en los centros de atención primaria es de 0.46 (incluyendo pasantes y prestadores de servicio social), aun cuando los estándares internacionales indican que debe haber por lo menos 1 por cada 1000 habitantes. Por otra parte hay una disparidad en cuanto al número de consultorios en las entidades federativas, estados como Nayarit cuentan con 98 consultorios por cada cien mil habitantes y entidades como Chiapas disponen solo de 16 por el mismo número de habitantes. Además solo 4% de estos centros posee un laboratorio en sus instalaciones, y la mayoría presenta carencias en cuanto el equipamiento para atender a las enfermedades que representan los motivos más frecuentes de consultas como son: diabetes mellitus, hipertensión arterial y atención prenatal. Por otra parte la atención primaria está sujeta a un horario de atención, lo que obliga a la población a recurrir a las clínicas privadas.[30]

Uno de los grandes problemas del sector salud es el desabasto de medicamentos, lo que obliga a las  familias mexicanas a desembolsar una tercera parte del gasto privado en salud en la  compra de fármacos. El problema del desabasto está  relacionado con vicios en la cadena de distribución, aún con las penalizaciones a algunos proveedores les resulta más redituable vender el medicamento a otros clientes a un precio mayor, el incumplimiento voluntario es uno de los factores que acentúan este problema. Otras variables son: el retraso en la entrega de recursos federales,  la multiplicidad en los modelos de abastecimiento, la corrupción y la falta de una política de Estado en materia de provisión de medicamentos.
 
Por ello es necesario establecer en el Sistema Universal de Salud, la rectoría del Estado en materia de abastecimiento, que permitirá en un primer momento el mantenimiento de los precios bajos de los medicamentos de patente en beneficio de los sectores con menores ingresos, así como la optimización del gasto y la homogenización de los sistemas de abasto. Además, a largo plazo es indispensable promover la formación de una industria farmacéutica nacional, que asegure el abastecimiento efectivo del sistema de salud de acuerdo a la necesidad y no del lucro de proveedores privados.




[1] SESA. (2002). "El sistema de salud mexicano, una historia de casi 60 años". 2018, de Secretaría de Salud Sitio web: http://www.salud.gob.mx/apps/htdocs/gaceta/gaceta_010702/hoja7.html
[2] HARVEY D. (2007). "Breve Historia del Neoliberalismo.". Madrid: Akal. Pág. 25-35
[3] Ibídem, pág. 13-16 
[4] Ibídem, pág. 16-35 
[5] CHÁVEZ, PAULINA I. (1996). "Las Cartas de Intención y las Políticas de Estabilización y Ajuste Estructural de México: 1982-1994.". México: B.U.A.P. págs. 34-76
[6] ORLANSKY D. (1998). "Políticas de Descentralización Y Desintervención Estatal". Argentina: Facultad de Ciencias Sociales Universidad de Buenos Aires. Págs. 22-23.
[7] LÓPEZ GARCÍA G. (2012). “La Descentralización de los Servicios de Salud. México”: U.N.A.M. Pág. 185
[8] Ibídem. Pág. 188
[9] DELGADO CANTÚ G. (2008). Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR). En "Historia de México Legado histórico y pasado reciente."(513). México: Pearson
[10] Leal F. (2010). "El Programa Nacional de Salud 2001-2006. Imponiendo una Agenda.". El cotidiano, VII, 100-110.
[11] MORENO SALAZAR. P. (2007). "Reforma a la Ley de Seguro Social de 1995, antecedentes y visión general". México: U.N.A.M.
[12] LÓPEZ GARCÍA G. (2012). “La Descentralización de los Servicios de Salud. México”: U.N.A.M. Pág. 192
[13] Zonszein Strauss S. (2007). "Seguro Popular, ¿incentivo a la informalidad?” México: SHCP.
[14] PEREZ ANA L. (2009). "Mediante subrogaciones se privatiza la salud pública". 2018, de CONTRALINEA Sitio web: http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/2009/05/31/mediante-subrogaciones-se-privatiza-la-salud-publica/
[15] ASTORGA I. (2016). 10 años de Asociaciones Público-Privadas (APP) en salud en América Latina ¿Qué hemos aprendido? Estados Unidos: Banco Interamericano de Desarrollo.
[16] OCDE. (2016). "Estadísticas de la OCDE sobre la salud 2014 México". 2018, de OCDE Sitio web: http://www.oecd.org/els/health-systems/Briefing-Note-MEXICO-2014-in-Spanish.pdf
[17] INEGI. (2015). "Población total según condición de derechohabiencia". 2018, de INEGI Sitio web: http://www.beta.inegi.org.mx/temas/derechohabiencia/
[18] OECD (2016) “Reviews of Health Care Systems: Mexico 2016” OCDE Sitio web: http://dx.doi.org/10.1787/9789264230491-en.
[19] DIAZ MALDONADO I. (2016). ¿Cuánto gastan los mexicanos en salud? 2018, de SALUDIARIO PARA MEDICOS Sitio web: http://saludiario.com/cuanto-gastan-los-mexicanos-en-salud/
[20] OCDE. (2017). "Health at a Glance 2017: OECD Indicators". 2018, de OCDE Sitio web: https://www.oecd.org/mexico/Health-at-a-Glance-2017-Key-Findings-MEXICO-in-Spanish.pdf
[21] IMCO STAFF. (2017). “Panorama de la Salud 2017 vía OCDE”. 2018, de INSTITUTO MEXICANO PARA LA COMPETITIVIDAD Sitio web: https://imco.org.mx/temas/panorama-la-salud-2017-via-ocde/
[22] GOBIERNO DEL ESTADO DE MÉXICO. (2015). “Mortalidad, evolución, comportamiento actual y tendencias en el Estado de México.” 2018, de CONSEJO ESTATAL DE POBLACIÓN Sitio web: http://coespo.edomex.gob.mx/sites/coespo.edomex.gob.mx/files/files/coespo_pdf_morta15.pdf
[23] OCDE. (2017). "Health at a Glance 2017: OECD Indicators". 2018, de OCDE Sitio web: https://www.oecd.org/mexico/Health-at-a-Glance-2017-Key-Findings-MEXICO-in-Spanish.pdf.
[24] DÍAZ A. (2012). México, segundo país de la OCDE con el mayor gasto en medicinas. La Jornada, http://www.jornada.unam.mx/2012/08/02/sociedad/042n1soc.
[25] CONEVAL. (2014). "INFORME de POBREZA en MÉXICO 2014". 2018, de CONEVAL Sitio web: https://www.coneval.org.mx/InformesPublicaciones/Documents/Informe-pobreza-Mexico-2014.pdf
[26] OECD (2016) “Reviews of Health Care Systems: Mexico 2016” OCDE Sitio web: http://dx.doi.org/10.1787/9789264230491-en.
[27] ALBARRAN E. (2018). "Pago de pensiones supera ingresos del IMSS e ISSSTE". 2018, de EL ECONOMISTA Sitio web: https://www.eleconomista.com.mx/sectorfinanciero/Pago-de-pensiones-supera-ingresos-del-IMSS-e-ISSSTE-20180220-0137.html
[28] SANABRIA F., PABLO A. (2011). “Reflexiones alrededor del concepto de promoción de la salud y prevención de la enfermedad”. REVISTA MED, 2018, Sitio web: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-52562011000100013&lng=en&tlng=es.
[29] GARRIDO LATORRE F. (2008). “Unidades de primer nivel de atención en los Servicios Estatales de Salud". México: SESA. Págs. 9-17  
[30] IBÍDEM, Págs. 17-53

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